5 de noviembre de 2013

Subir o no subir, esa es la cuestión.

Diego Adrián Fernandez - 5 de noviembre de 2013

El subterráneo de Buenos Aires nuevamente ocupa un privilegiado espacio en la agenda porteña. Se conoció en los últimos días que la justicia finalmente avala al Gobierno de la Ciudad a elevar el pasaje del viaje en las líneas de subte, el cual actualmente se eleva a $ 2.50.

Según el fallo del juez Pablo Mántaras, como uno de los argumentos básicos del texto, se indica que el incremento del 40% al que fue habilitada la administración Macrista (Lo que llevaría el boleto a un costo de $ 3.50), responde al "cumplimiento de uno de los requisitos fijados por la ley 4.722", que es el de establecer la famosa "tarifa técnica": El precio que debería pagar el pasajero si el Estado no subsidiara una parte del costo.

Esa ecuación fue realizada por primera vez el 28 de junio y fijó el valor del boleto en $7,47.

Pero integrantes de la oposición refutan ese número.

El diputado Alejandro Bodart (MST-Nueva Izquierda) -autor del amparo que frenó al tarifazo hace unos meses- anunció: "En estos días voy a apelar el fallo que permite el aumento a 3.50, ya que no considera la reciente auditoría que nos da la razón. La tarifa técnica no es de 7.47 pesos como dice el macrismo sino de 5.01 a 5.62 máximo como dice la auditoría. Por eso hay que dejar el boleto a 2.50 y bajar los subsidios. Si Mauricio Macri y Metrovías suben un 40 por ciento ambos valores, estafarían a los pasajeros del subte y también a las arcas de la Ciudad."

De esta premisa se desprende una supuesta "inflación" de los costos por parte del Gobierno de la Ciudad.
De todos modos, y más allá que el número, según el Jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta, debería ser 7,  el Gobierno no elevará tanto el boleta, ya que "una parte se va a seguir subsidiando, la va a pagar la Ciudad con los impuestos que pagan todos", comentó el funcionario.

De allí se agrega otro condimento al debate: La permanencia de Metrovías como concesionaria del servicio. Al respecto, Bodart expresó que "según el Presupuesto 2014 Mauricio Macri quiere subir los subsidios para Metrovías a 980 millones de pesos. Sería escandaloso que le permita a la empresa subir el boleto y encima le aumente los subsidios".


Recordemos que Metrovías explota los servicios del subte, pero las obras corren por cuenta del estado local. Desde Caminando Buenos Aires, y a partir de informes presentados en distintos momentos del año por el diputado Rafael Gentili (quien se irá de la Legislatura en diciembre), se compartió con cada lector las investigaciones e informes que marcan como Metrovías (Perteneciente al Grupo Roggio) es protagonista de mafiosos y corruptos negociados.

Finalmente, aún resulta una incógnita cómo se implementará una “tarifa social”, en la que hasta ahora se prevé un boleto preferencial para jubilados que cobren el mínimo y para los beneficiarios de planes sociales.

Según el fallo del Juez (en lo Contencioso y Administrativo de la Ciudad) J.P. Mántaras, la resolución 1798/SBASE/13 deberá contemplar descuentos tanto en los planes sociales administrados por el gobierno nacional como el porteño, desempleados crónicos o recurrentes, quienes reciban ingresos familiares por debajo de la canasta familiar y aquellos en condiciones de indigencia o bajo situaciones de alta vulnerabilidad social, como así también los que presentan necesidades especiales.

Supuestamente en estos días se hará el anuncio.

En este contexto, fue irónicamente Juan Pablo Piccardo, titular de SBASE, quien categóricamente, de modo llamativo y poco atractivo, justificó el aumento: "El 70% de la gente que viaja en el subte se toma un café en el día y el café vale 15 pesos. Esa persona podría pagar una tarifa de $ 3,50 y con ese dinero mejorar las inversiones y el servicio".

La Ciudad debate. Es lógico pensar que la tarifa es "relativamente baja", y que el transporte público debería ser administrado por el estado. Asimismo, el entorno nacional, donde la inflación no es combatida de manera adecuada, repercute sin piedad en toda actividad que involucre a servicios. Allí es donde necesitamos seriedad, tiempo y debate antes de dar el paso final hacia una decisión que puede complicar y generar molestias. Debatir, esa es la (otra) cuestión.