Polémica en puerta, una más: La Legislatura aprobó el pasado jueves una ley que permitirá al Gobierno de la Ciudad otorgar permisos y concesiones para colocar locales gastronómicos en espacios verdes.
Este proyecto presentado por el PRO constituye el marco regulatorio para el otorgamiento de permisos de uso precario en espacios verdes públicos, con una superficie mayor a 50 mil metros cuadrados (El texto original hablaba de solo espacios a partir de 10 mil m2)
A partir de ello, se permitirá la instalación de locales destinados al expendio de alimentos y bebidas envasadas.
Esta nueva ley parece atentar contra la necesidad de, no solamente cuidar los pocos espacios verdes con los que cuenta la Ciudad, sino contra la aparición de nuevos lugares de esparcimiento público.
El legislador Adrián Camps (PSA) se opuso al proyecto desde su presentación: “La Ciudad de Buenos Aires tiene un gran déficit en materia de espacios verdes y permanentemente, por una cosa o por la otra, se están ocupando las pocas áreas parquizadas que nos quedan”.
A través del texto aprobado, se establece que los permisionarios deberán construir sanitarios accesibles de uso público y gratuito, estación de vida saludable, que deberá contemplar como mínimo una zona de descanso e hidratación gratuita a los que realicen ejercitación física, estacionamiento de bicicletas, brindar el servicio de alquiler de bicicletas ofrecido por el GCBA y facilitar conexión a Internet gratuita y biblioteca.
Más allá del "buen espíritu" que puede tener la norma, al establecer requisitos de cuidado del espacio en cuestión, a priori se puede pensar en que aquellas firmas que se establezcan en los parques, de algún modo van a desdibujar el paisaje que en definitiva se busca en los espacios verdes.
“Quien vaya a instalar un bar en una plaza va a buscar la mejor ubicación, donde concurre más gente, la que tiene el mejor paisaje; no va a tener en cuenta el disfrute del espacio público por parte de los vecinos sino cómo va a obtener el mayor rédito posible. En un espacio que es de todos, es el Estado el que debe garantizar los servicios y no promover la actividad económica para beneficio de los particulares”, argumentó Adrián Camps.
La norma dispone que totalidad de los servicios a prestar deberán estar integrados en un solo núcleo y “no podrán interferir con el normal desarrollo de otras actividades existentes en el lugar ni restringir al público, en forma alguna, el normal uso y goce del parque y de sus instalaciones y servicios”.
En las áreas de servicio está prohibido la venta y exhibición de bebidas alcohólicas y cigarrillos, la instalación de carteles y toldos en el espacio exterior y la construcción de instalaciones para cocción de alimentos mediante el uso de leña o carbón. En tanto está permitido la venta de emparedados, golosinas, productos de confitería u otros alimentos, envasados en origen y que provengan de fábricas autorizadas, envueltos en papel impermeable o similar, que en caracteres visibles lleve impreso la fecha de su elaboración, nombre y dirección de la fábrica.
Sólo se admitirá el proceso de calentamiento mediante horno a microondas o eléctrico al efecto de promover la producción de energía limpia e incentivar la prevención de impactos negativos sobre el medio ambiente, la elaboración y venta de emparedados calientes de salchichas tipo Viena, venta de agua y bebidas sin alcohol envasadas y la elaboración y venta de infusiones de café, té, yerba mate, leche, jugos exprimidos y licuados.
Camps profundizó en su explicación contraria, al remarcar que “es el Estado el que debe garantizar los servicios en los espacios públicos y no encubrir el déficit que el Gobierno macrista tienen este sentido -que en realidad, es un abandono de las funciones del Estado-, con concesiones en favor de emprendimientos económicos privados”, advirtió el diputado del PSA.
Sólo se admitirá el proceso de calentamiento mediante horno a microondas o eléctrico al efecto de promover la producción de energía limpia e incentivar la prevención de impactos negativos sobre el medio ambiente, la elaboración y venta de emparedados calientes de salchichas tipo Viena, venta de agua y bebidas sin alcohol envasadas y la elaboración y venta de infusiones de café, té, yerba mate, leche, jugos exprimidos y licuados.
Camps profundizó en su explicación contraria, al remarcar que “es el Estado el que debe garantizar los servicios en los espacios públicos y no encubrir el déficit que el Gobierno macrista tienen este sentido -que en realidad, es un abandono de las funciones del Estado-, con concesiones en favor de emprendimientos económicos privados”, advirtió el diputado del PSA.
En todos los casos se deberá cumplir con la normativa vigente en materia de habilitaciones, edificaciones, higiene y seguridad alimentaria; debiendo contar el permisionario con personal que haya realizado y aprobado el curso de manipulación de alimentos.
José Luis Acevedo fue el autor del proyecto, y su principal argumento es el aprovechamiento: “Este proyecto de ley busca una transformación positiva en el uso del espacio público, busca pasar de la concepción paisajista, donde estos espacios se conciben como sólo para ser mirados, a la idea de un lugar disfrutable, vivible, aprovechable en profundidad por los vecinos".