Caminando los
senderos porteños, encontramos en nuestro camino a personajes que le dan color
y vida a la rutina semanal en la Ciudad, y que nos agasajan día a día con su
habilidad y gran capacidad para la realización de las más diversas actividades
y oficios, aún cuando para gran parte de los vecinos, ello pase desapercibido.
Aquí intentamos darle el lugar que se merecen.
Agustín, a la izquierda, junto a su hijo Daniel, quien también sigue los pasos de su padre |
En esta
ocasión, compartiremos juntos la historia de Agustín Gómez (Nota publicada este
mes en el Periódico El Barrio de la Comuna 12), lustrabotas desde hace 18 años, vecino de Villa Urquiza, que le da
brillo a los calzados que incesantemente desgastan las calles del centro
porteño.
Agustín trabaja
en Diagonal Norte y Florida, donde se juntan a veces hasta seis personas
esperando para ser atendidas. Tiene la particularidad de contar con un puesto
de trabajo con techo y una televisión con pantalla plana, en donde pasa videos
de música nacional, desde tango hasta rock y jazz.
El “negro Wassington” – apodo que surge como
mezcla entre el color de su piel oscura y por el nombre de la pomada para
calzado - vive en el límite entre Villa Urquiza y Villa Ortúzar, sobre la calle
Donado, a pocos metros de la avenida Álvarez Thomas y frente a una famosa
parrilla de la zona.
El portador de
este apodo es en realidad Agustín Héctor
Gómez (55), quien dice sentirse identificado con el barrio de Villa
Urquiza, por haber vivido ya más de veinte años en la zona.
Su mudanza a
esta región coincidió con sus inicios en el oficio de lustrabotas, trabajo que
realiza hace unos dieciocho años, justo cuando su padre, también lustrabotas (o
lustrador, término que prefiere utilizar Gómez), se enfermó y vio dificultado
el desarrollo de su oficio.
“Si bien mi papá arrancó con todo esto, yo le di
otra imagen al puesto. Mi viejo trabajaba en la Avenida de Mayo, por lo que
siempre digo que llegué en una bandeja de plata. Pero yo también me fui ganando
mi clientela y así pude llegar a tener el lugar que tengo hoy en Diagonal Norte
y Florida. Luché ocho años para que me habiliten el puesto. Creo que soy un
busca, a todo le encuentro la vuelta y me doy cuenta de donde está el negocio
como para poder ganar unos mangos. Tengo chispa y mucha energía, toda mi vida
laburé en la calle y se de que se trata esto”, explica
Gómez.
Agustín
pertenece en realidad a la segunda de las tres generaciones de lustradores por
las que han pasado los Gómez; ya que Daniel
(29), uno de los hijos de Agustín, lo está ayudando en su puesto y va aprendiendo
el oficio.
El “negro
Wassington” dice que, por su apodo, muchos piensan que es uruguayo, dado que en
el país de la banda oriental hay muchos hombres llamados Washington que tienen
ascendencia africana. Pero no es así; Gómez es argentino y es además un admirador y difusor de la cultura nacional, por eso en
el televisor con pantalla plana que tiene en su puesto, suele pasar videos de
tango, rock y jazz de nuestro país.
Antes de
ejercer su oficio actual, Agustín Gómez fue plomero, electricista, ayudante de
cocina, cafetero y vendedor de helados. Empezó a trabajar cuando era muy chico,
a los siete años. “No soy demasiado pillo
porque sino hubiera estudiado y sería ingeniero, pero creo que me las rebusco
bastante bien”, dice riendo este lustrabotas que fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En detalle,
Agustín nos cuenta los pormenores de su oficio, a través de un interesante
intercambio que nos enriquece.
-¿Cómo surgió la idea de ponerte un puesto para
trabajar?
- Los lustradores tenemos el problema de que si
trabajamos en la calle, dependemos de dejar nuestras herramientas de trabajo a
algún comerciante de la zona en los momentos en que no estamos trabajando. Eso
hace que perdamos tiempo, que dependamos de los horarios del otro y a veces
para acomodar todo tengamos que levantarnos demasiado temprano. Con un puesto
propio, gano libertad de trabajo. Aparte con la decoración y los atractivos de
mi puesto, la gente siempre se acerca curiosa. Muchos turistas que andan por el
centro pasan y preguntan de qué se trata.
-¿En qué consiste tu trabajo y que precio tiene?
- El lustrado se realiza en diez minutos y cuesta
veinte pesos. El trabajo consiste en limpiar la suela del zapato y arreglarla
si es que está despegada. También le doy brillo al calzado. Empiezo a trabajar
a las siete de la mañana, por lo que me levanto a eso de las cinco y salgo
desde Urquiza a las seis para llegar al centro a las siete. Terminamos a eso de
las seis de la tarde, pero a veces nos turnamos con mi hijo y yo me vuelvo un
poco más temprano. Eso sí, los días de lluvia no podemos trabajar porque es
imposible hacer nuestro trabajo en esos días.
-Aparte de ser el lustrabotas más famoso, sos una
especie de sindicalista de los lustradores…
- Algo así, ja. Hace algunos años estoy trabajando
para que todos los lustradores podamos tener un puesto de lustrado. Llevo
adelante la “Mutual de Lustradores de
Calzados y Afines de la República Argentina” (Sitio Web: www.mutualdelustradores.blogspot.com.ar)."
"En diciembre de 2010 pude inaugurar mi puesto, mejor dicho el mueble ergonómico
de lustrado, y mi idea es que todos los lustradores puedan hacerlo en un
futuro. En realidad la idea de la mutual surgió cuando me lastimé el brazo y
estuve meses sin poder trabajar del dolor que tenía. No conseguía turno en los
hospitales públicos, entonces se me
ocurrió armar una mutual que respaldara a los lustrabotas porteños. De a
poco, los afiliados a la mutual van a tener su propio puesto. Esto va a ser un
gran progreso para nosotros, porque atrae clientes y dignifica nuestro trabajo,
aparte de cambiar nuestra imagen ante la gente.
-¿Han pasado famosos a lustrarse los zapatos en tu
puesto?
- Claro. Pasaron por acá por ejemplo el periodista
deportivo Marcelo Araujo y el músico
Adrián Otero, cantante de Memphis la Blusera, que falleció hace
poco. También el modista Ante Garmaz
y el músico Miguel Cantilo. Mi papá
le había lustrado los zapatos a Juan
Domingo Perón.
-Además conducís un programa de radio…
- Así es. Hice tres programas y soy un enamorado de
la radio. A veces imito personajes en mi programa. También aparecí en medios
gráficos y televisivos. Me hicieron una entrevista en Clarín, también salí en la TV
Pública, en Canal 9, en Telefé y en Crónica, como entrevistado en el programa de Anabella Ascar.
-¿Qué sensación te genera que uno de tus hijos
continúe con la tradición familiar?
-Estoy muy orgulloso de que Daniel siga adelante con
la tradición con la que comenzó mi viejo. Es muy lindo el oficio y ser querido
por la gente. Quiero aprovechar esta nota también para agradecer a todos mis
clientes y a la gente que me apoya, como también a todo el barrio de Villa
Urquiza.
Un honor para
Caminando Buenos Aires contar con el testimonio, bañado de humildad y
sabiduría, de un personaje ciertamente ilustre de nuestra Ciudad.
Entrevista y armado básico: Santiago
Arguto