20 de agosto de 2011

Artistas barriales, ¡A escena!

Diego Adrián Fernandez - 20 de agosto de 2011

La ciudad de Buenos Aires, la reina del Plata, alcanzó fama mundial por ser hogar centralizado de toda estructura de índole artística, científica o literaria de la República Argentina, e incluso, de Latinoamérica.

Esa fama, por mayores desperfectos políticos que puedan sucederse en el presente y el futuro, es palpable en cada calle, cada rincón de la metrópolis. Las expresiones culturales en todas sus variables se respiran en la atmósfera porteña.

Elemento distinguido de la historia cultural de la Ciudad de Buenos Aires es la actividad teatral, y dentro de la misma, la gran cantidad de salas de teatro independiente, cuyo fin se distancia de ser puramente comercial.
El fin se basa en explorar cada sala, cada grupo, la búsqueda de una identidad particular que les permita establecer un eje a respetar en sus modos de expresión y la investigación de nuevas formas de montaje y producción de obras. También se constituyen como centros de participación y expresión, no solamente artística.

¿Cómo nace este fenómeno cultural?
La mayoría de los especialistas coinciden en que la piedra basal fue colocada a fines 1930 por Leónidas Barleta, cuando fundó El Teatro del Pueblo. A partir de ese momento, y durante los siguientes 20 años, la actividad teatral independiente vivió sus épocas doradas. Emergieron nuevas salas en toda la Ciudad. Se destacan Teatro IFT (1932), La Cortina (1937), La Máscara, Libre Teatro, Tinglado (1939), Fray Mocho (1951), Teatro de los Independientes (1952).

Durante las décadas del ’60 y ’70, la actividad sufre una decadencia gradual, debido a diversos factores: La profesionalización de los actores, el auge de la Televisión, y el nacimiento del Teatro San Martín. LA dictadura pareció ser el golpe de nocaut, aunque la actividad pudo subsistir en la clandestinidad, hasta resurgir, con el advenimiento de la democracia.

Actualmente, más de 180 salas en toda la Ciudad de Buenos Aires le dan un matiz diferente a los barrios. Viejos galpones, casas recicladas, antiguos comercios. Todo espacio es aprovechable y útil para que estos grupos exploten su libertad de expresión, y exploren en nuevas formas artísticas, creando de este modo un sentido de pertenencia entre los integrantes del mismo grupo, y para con las obras que presenten.

Que la UNESCO considere el declarar a Buenos Aires la Capital del Teatro de Habla Hispana significa un compromiso mayor de las autoridades respecto a esta actividad, en la cual se respira, además de compromiso, mucha pasión. Un elemento básico para mover voluntades contra las adversidades.

Haciendo click en el link se puede descargar la lista completa de salas de teatro independiente. 76 de estas salas pertenecen a ARTEI (Asociación Argentina del Teatro Independiente)

En las próximas semanas, Caminando Buenos Aires le ofrecerá su espacio a aquellas salas que quieran dar a conocer a sus integrantes, su historia, y promocionar sus obras. 
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