1 de febrero de 2014

El Gobierno de la Ciudad deberá poner en condiciones el “Elefante Blanco”

Diego Adrián Fernandez - 1 de febrero de 2014

NOTA: SANTIAGO ARGUTO

Cerca del cruce de las avenidas Eva Perón y Piedrabuena, en el barrio de Villa Lugano, casi en el límite con Mataderos, se encuentra el famoso edificio denominado “Elefante Blanco”.


Es una estructura semiabandonada que estuvo destinada a ser el hospital público más grande de Latinoamérica, pero nunca fue concluido. La construcción fue usurpada y hoy unas 100 familias viven allí en condiciones precarias.

Muchos argentinos conocieron la realidad de este edificio recién en el año 2012, gracias a la película protagonizada por Ricardo Darín, justamente titulada “Elefante Blanco”. El film de Pablo Trapero, en el que además actúan Jeremías Renier y Martina Gusman; en donde Darín interpreta el personaje de un “cura villero”, refleja la realidad de la zona.

El edificio está situado en medio de la Villa 15, mejor conocida como “Ciudad Oculta”. La denominación de “Elefante Blanco” responde al gran tamaño del edificio- tiene catorce pisos con decenas de salas cada uno- y al color blanco de la construcción.


Como el proyecto del hospital público nunca se concretó, el edificio quedó abandonado, y hoy en día viven allí cerca de cien familias “okupas” en condiciones precarias. Tras una denuncia presentada por los vecinos, la Defensoría del Pueblo constató las graves condiciones en que viven. Se observaron falencias como desagües cloacales que desembocan en el sótano del edificio, olores nauseabundos o inseguros cables de luz a baja altura.
La Oficina Técnica de Arquitectura y Urbanismo del organismo concluyó en que “la acumulación de desechos y anegamiento en los subsuelos de la edificación en tratamiento, además de generar una proliferación incesante de roedores, conlleva un grave y actual riesgo sanitario y de contaminación para la población del lugar, y la salud pública en general, provocando focos infecciosos de toda índole en los habitantes no sólo del edificio sino del entorno inmediato”. La Defensoría del Pueblo también detectó peligro de derrumbe en ciertos sectores del edificio.


Por ello, en diciembre de 2013, la Justicia porteña intimó al gobierno de Mauricio Macri a garantizar condiciones sanitarias dignas a todos los habitantes del “Elefante blanco”.

El recurso de amparo presentado por los vecinos de la zona, con el apoyo de la Defensoría porteña fue aceptado por la jueza Elena Liberatori, que intimó al gobierno porteño a garantizar condiciones sanitarias indispensables.
El fallo le exige la limpieza del basural ubicado en los subsuelos del edificio y la higiene y limpieza periódica en los tanques de agua. También hace responsables a las autoridades porteñas de la higiene y limpieza periódica de los volquetes y contenedores y de las tareas de fumigación y desratización. Además, exige la provisión de agua potable para las personas que habitan en el complejo ex Centro de Salud Mataderos y la colocación de barreras físicas en ventanas o huecos que dan hacia los subsuelos y otros espacios. El gobierno porteño, tras el fallo, se vio obligado a entregar un informe detallado dando cuenta de la totalidad de las tareas que habrán de llevarse a cabo a tales propósitos, plazos y cronograma de ejecución y su pertinente asignación presupuestaria.

Actualmente, el edificio cuenta con un comedor y con algunos comercios. Hay una parte que está deshabitada y custodiada por personal de seguridad. Las familias que viven allí ocupan dos pisos de uno de los módulos de la estructura de catorce pisos. El resto permanece vacío desde hace unos 75 años, ya que la construcción del “Elefante Blanco” comenzó en 1938. La rampa de ingreso al edificio está hundida y con grietas. El edificio en realidad tiene ocupados solamente la planta baja y el segundo piso ya que no se puede subir más porque están rotas las escaleras. En el “Elefante Blanco” tampoco hay agua potable.

En realidad, este edificio es parte de la Villa 15, más conocida como Ciudad Oculta. En este sector de Villa Lugano viven cerca de 20.000 personas sin servicios básicos, que están colgados de la luz y no tienen gas natural. Allí se alquilan piezas hasta por $1200 mensuales. Cuando en invierno se usan las estufas eléctricas o en verano los ventiladores, las instalaciones suelen saltar y el barrio se queda a oscuras. En esta zona suelen existir grandes problemas con el paco y la drogadicción.

Pero volviendo a la historia del “Elefante Blanco”, cabe destacar que el proyecto del hospital más grande de Latinoamérica nunca concretado data de 1923, cuando se realizó una colecta pública para juntar fondos con este fin, aparte de un subsidio aprobado por el Congreso de la Nación por iniciativa del senador socialista Alfredo Palacios.
En 1938 comenzaron en la zona las obras para instalar el Instituto de la Tuberculosis, pero se frenaron a los pocos años. Los trabajos fueron retomados durante las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón (1947-1955), cuando ya se encontraba muy cerca de allí instalada la Villa 15, aunque no estaba tan desarrollada como ahora. El edificio estaba diagramado para ser terminado en 1956, pero a pocos meses de comenzar ese año, Perón fue derrocado por la “Revolución Libertadora”, comandada por Eduardo Lonardi, tras lo que “el general” debió exiliarse en Paraguay, quedando así la obra frenada nuevamente.

Durante la última dictadura militar en la Argentina, a meses del Mundial de 1978, el gobierno de facto decidió construir dos muros que ocultaran a los turistas extranjeros la creciente Villa 15. Por eso, al quedar cercada, se la empezó a llamar Ciudad Oculta a principios de los años ´80. En esa década, esa villa creció en grandes proporciones y el “Elefante Blanco” también fue ocupado por familias de bajos recursos.

Actualmente, en el nunca concretado hospital, trabaja la “Asociación de Madres de Plaza de Mayo”, que ayuda a que funcione un comedor en donde se alimentan unas 700 personas de Ciudad Oculta. Allí, muchos niños -aunque también personas de todas las edades- desayunan, almuerzan, meriendan, cenan y hasta duermen allí. En el edificio también funciona un jardín de infantes llamado “Jardín de los Abrazos” y un taller de costura. Existen actualmente proyectos para crear escuelas primarias y secundarias en la zona, ya que a la misma Hebe de Bonafini le gustaría que funcionara allí una especie de Polo Educativo. Si bien por el momento, no existen planes para retomar la construcción del hospital público más grande de Latinoamérica, sí podría llevarse adelante un centro de salud dentro del predio. Lo cierto es que en los próximos años, el “Elefante Blanco” deberá ponerse en forma al menos para que las cien familias que viven allí dejen de habitar una construcción en estado precario.