A comienzos de la semana, el PRO consiguió lo que estaba buscando: Aprobar, en la instancia de comisión, el proyecto para instalar un Shopping en el barrio de Caballito, en el predio situado en Avellaneda a 1500, muy cerca del estadio del Club Atlético Ferrocarril Oeste. Ahora el documento se debatirá en el recinto.
El encuentro en la Comisión de Planeamiento Urbano, que conduce la macrista Karina Spalla, se extendió durante más de 4 horas, debido al encendido debate entre los diputados defensores de la iniciativa, y vecinos del barrio que se oponen fuertemente a esta construcción.
Según el texto aprobado en el plenario por el PRO, con la nueva zonificación, la empresa IRSA podrá levantar en esos terrenos, que son de su propiedad desde hace 14 años, un centro comercial de más de 10 pisos, 40 locales como mínimo, cines y un estacionamiento de 50.000 metros cuadrados.
Este proyecto fue impulsado por el oficialismo en reiteradas ocasiones, desde que se lo presentó en el 2008, y hasta esta ocasión, chocaba contra la oposición de diputados y asociaciones vecinales, tanto por la posibilidad de destinar ese predio a la construcción de un espacio verde, como por las irregularidades que se evidenciaban con la empresa dueña, el grupo IRSA.
En la reunión, el diputado Alejandro Bodart (MST-Nueva Izquierda) afirmó: “Al PRO le interesa más defender el negocio de una corporación inmobiliaria que la calidad de vida de los porteños. Como el PRO necesita 31 votos y sólo tiene 28; espero que ningún bloque de la oposición dé su apoyo a esta barbaridad a la medida de IRSA".
Bodart agregó: “Si los que sostienen este proyecto dicen contar con apoyo de la mayoría de los vecinos. ¿Por qué se niegan a realizar una consulta popular para que los vecinos decidan? Quizás porque en el gobierno de Macri saben que si la gente pudiera optar elegiría más verde y menos cemento”.
La presidenta del bloque del Frente para la Victoria, Gabriela Alegre, aseguró que “el kirchnerismo se opuso porque no está de acuerdo con el impacto que puede tener en Caballito y porque en el expediente no se reflejan, ni estudios urbanísticos, ni de impacto ambiental, ni contraprestaciones de parte de IRSA”, elementos fundamentales para aprobar emprendimientos de infraestructura como estos.
“Lo paradójico es que la empresa IRSA no presentó un sólo papel, siendo la dueña de ese predio, y es el Gobierno de la Ciudad quien promueve y gestiona para que se construya el shopping ahí”, expresó Aníbal Ibarra.
La presidenta del bloque de legisladores de la CC-ARI, Paula Oliveto Lago, explicó "que los vecinos de Caballito se verían seriamente perjudicados con este emprendimiento ya que su instalación comprometería severamente la provisión de los servicios públicos y colapsaría el tránsito de toda la zona aledaña".
Además de los diputados, muchos vecinos se mostraron fervientemente en contra, aunque otros se expresaron a favor, lo que generó tumultos, gritos e insultos. Las asociaciones de comerciantes nucleadas en la Federación de Comercio e Industria de Buenos Aires (FECOBA) reiteraron su rechazo al proyecto, al indicar que "Caballito no necesita más shoppings y sí más espacios verdes, en una ciudad que los va perdiendo poco a poco".
Arturo Stábile, vicepresidente de FECOBA, citó un informe de la Facultad de Arquitectura de la UBA en la que se asegura que "la instalación de shoppings en el tejido urbano debe evitarse explícitamente. El shopping no genera actividad urbana ni barrial, procura instalarse allí donde ya hay densidad y capacidad económica".
La iniciativa de Pro le permite a la empresa IRSA levantar y explotar un shopping, a cambio de construir un puente sobre las vías del ferrocarril Sarmiento, un jardín maternal y una sala de primeros auxilios para uso comunitario. Además, admitiría ocupar un 15% de los 3000 puestos de trabajo que se generen por el centro comercial con vecinos de las comunas 6 y 7, de la zona de Caballito.