24 de enero de 2014

La "dieta" para aumentar

Diego Adrián Fernandez - 24 de enero de 2014

NOTA ACTUALIZADA EL 7 DE FEBRERO

Generalmente la palabra "dieta" se la asocia al concepto de "bajar", "restringir" o "limitar", aunque en realidad refiera al "equilibrio" que  cada persona debe mantener para que el aporte de nutrientes y energía sea considerado sano para su físico y su mente. En el mundillo de la política local, el concepto de dieta avanza contrariamente a todo lo recién mencionado: La idea es "subir y aumentar".


Los montos de las dietas parlamentarias vuelven a estar en boca de todos, luego que se conociera la intención de Nicolas Caño, representante del Frente de Izquierda y de los Tabajadores (FIT) en el Congreso Nacional a partir de marzo, de presentar un proyecto de ley para que el sueldo de los diputados nacionales sea igual al de un docente con 20 años de antigüedad.

El mes pasado se conoció el aumento del que disfrutaran los legisladores nacionales: $ 48.400 en mano. Una locura que incluirá $10.000 en gastos de representación y $8.300 por el desarraigo para quienes representen a las provincias del interior.

Una medida "anti-popular" en el complejo y muy complicado panorama salarial general.

En este contexto, los diputados de la Ciudad de Buenos Aires tampoco escapan a la "obscenidad salarial", aunque el monto es claramente menor: Actualmente perciben un ingreso entre, aproximadamente, $26.000 y $ 37.000.

Ahora en los pasillos de la Legislatura - que el mes que viene retoma sus actividades cotidianas - se rumorea que algunos diputados buscarían aumentar sus ingresos, mientras otros van en sentido contrario.
El año pasado ya habían conseguido, en suma, un incremento del 57%, dividido en 3 partes. Enero, las paritarias de marzo y diciembre.

Desde los bloques más importantes (El Pro y el FPV) y, por ende, los que acaparan casi toda la Legislatura, rechazaron los proyectos para disminuir los ingresos, y ya se piensa en las paritarias al 24%.

Más allá del impacto que la innegable inflación tiene sobre el salario de cualquier persona, lo cual genera la necesidad de pedir a cada rato un aumento, a priori es poco probable  - casi imposible - que los diputados en conjunto avancen con un proyecto de ley que reduzca considerablemente su ingreso. 

El nivel de vida que suelen tener como funcionarios públicos, independientemente de su categoría, sería un atenuante de elevada relevancia que les impediría animarse a dar ese paso.


Y en medio del debate, los que se oponen remarcan que no obtienen tantos beneficios como los congresistas nacionales, lo cual es evidentemente real, aunque ello no justifica ningún aumento alevoso de ningún tipo.

En medio de este debate, se conocen actitudes a destacar, como la del recientemente electo diputado porteño Gustavo Vera (La Alameda - Interbloque UNEN), quien donó gran parte de su primer sueldo a los familiares de las víctimas de la tragedia de Once. Escribano de por medio, Vera se quedó con el sueldo equivalente a dos cargos de maestro de grado de máxima antigüedad. De hecho, el es maestro.

Por otra parte, Alejandro Bodart (MST - Nueva Izquierda), señaló: "Hace meses presenté en la Legislatura el proyecto para que los diputados ganemos igual que un docente de doble jornada, y antes también otro de obligatoriedad de todo funcionario político de educar a sus hijos en escuela pública y atenderse en hospital público. Todos nuestros diputados y dirigentes siempre tuvimos ese criterio y destinamos buena parte de la dieta a las luchas sociales y la construcción partidaria. Por eso comparto toda iniciativa en ese sentido."

Para algunos, será un proyecto demagogo y pura palabrería. Para otros tantos, una actitud a destacar e imitar. Lo cierto es que, en base a las experiencias pasadas, cuesta pensar que cualquier intención similar encontrará sustento y apoyo parlamentario para avanzarlo.