La educadora María Bassa recibió el diploma de la Legislatura porteña como Personalidad Destacada en el ámbito de los Derechos Humanos, en reconocimiento de su compromiso "con los sectores más postergados de nuestra sociedad y por su infatigable trabajo y militancia de más de cincuenta años, principalmente junto a los niños y jóvenes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires".
El diputado Julio Raffo (Proyecto Sur), autor de la iniciativa, le entregó la distinción en un acto que se celebró en el Salón Montevideo del palacio legislativo, destacando lo importante que es que desde la Legislatura se reconozca a quienes han entregado su vida a mejorar la vida de los demás.
"Recibo este homenaje y lo devuelvo a todos aquellos con los que hemos caminado juntos durante todos estos años buscando un mundo nuevo", dijo María Bassa al tener en sus manos el certificado.
El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel rescató la humildad y el compromiso de María, y recordó un dicho de los indígenas colombianos del valle del Cauca: "has hecho caminar la palabra".
La madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas definió a María como "una revoltosa, una religiosa moderna que está en todas", valorando su relación tan cercana con los sectores populares. Silvia González, reponsable de las Religiosas del Sagrado Corazón Argentina, orden a la que pertenece Bassa, resaltó su "opción por los pobres" y se refirió a su tesón a lo largo de los años.
Trayectoria: trabajo social en Lugano y en provincias
María Bassa se recibió de maestra y luego de Profesora de historia y geografía; también es Profesora de Teología. A lo largo de sus estudios superiores ha participado de diversas formaciones en pedagogía en Madrid, Bruselas, Palestina y Roma.
En la década de los 70 María vivía ya en Villa Lugano -sector hoy conocido como barrio Fátima- cuando la situación era riesgosa para el desarrollo del trabajo social, profundizándose aún más con el golpe de estado de 1976. María, integrante de la Congregación de Religiosas del Sagrado Corazón a la que pertenece hasta el día de hoy, compartía parte de su trabajo en Lugano con Alice Dumont perteneciente a la Congregación de Misioneras Extranjeras (posteriormente desaparecida). Frente al estado de situación decidieron Alice continuar su trabajo en la provincia de Corrientes, y María trasladarse al este de la provincia de Salta.
En 1977 se radicó en Los Blancos al límite con Formosa, donde vivió durante quince años junto a la comunidad Toba. Regresó a Buenos Aires, donde continuó su vínculo con la comunidad Toba de Derqui y se radicó definitivamente en el barrio Fátima. Ahí coordina hoy un centro de acción barrial donde se brinda contención y capacitación a niños y jóvenes del barrio y de los alrededores. Cuenta con doce talleres que comprenden actividades como panadería, huerta y una importante biblioteca de referencia para el barrio.
Hoy, la que fue su casa de la infancia en Llofriu, (Gerona, Cataluña) es una casa de la Cultura y de Actividades Sociales.