La Legislatura de la Ciudad avanzó un pequeño pero importante paso en la búsqueda de la Igualdad de condiciones para todos los vecinos, sin discriminar ni generar aislamientos, en ningún sentido de la palabra: Se aprobó el proyecto de ley, ayer en la última sesión del año, que dispone que todo establecimiento privado con atención al público y en todos los restaurantes, confiterías, bares, pubs de más de cincuenta metros cuadrados de superficie, deberán disponer de asientos que sean aptos para personas que padecen de obesidad, sin ser oneroso para los mismos.
Se estableció que los asientos deberán tener un ancho entre ejes de brazos no inferior a 0,80 m y la profundidad mínima deberá ser de 0,70 m.
Conservarán las demás características de construcción del tipo de asiento que haya en el lugar donde se encuentren, para mantener una línea estética acorde a cada lugar, y remarca que será importante asegurar la resistencia adecuada al efecto, y deberán estar dispuestos de manera tal que no conformen un sector especial, lo cual se correspondería al concepto de evitar separación o aislamiento, sea por la razón que fuere.
"Además de los padecimientos físicos, estas personas sufren ciertos estigmas sociales que se producen por la discriminación constante por parte de una sociedad que mira hacia otro lado y que sólo se preocupa por fijar estereotipos, desatendiendo las necesidades de aquellas personas que no se ajustan a aquellos. Desde el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, además de buscar el método adecuado para la prevención y tratamiento de la obesidad, se debe procurar que quienes padecen dicho trastorno puedan desenvolver sus actividades cotidianas de una manera normal, sin que la obesidad constituya para ellos un obstáculo para su normal desarrollo social", sostuvo el diputado Daniel Lipovetzky, autor de la iniciativa.
Naturalmente hay muchas personas con distintas características físicas que no tienen un resguardo edilicio adecuado en la Ciudad, cuya infraestructura, a pesar de los avances de los últimos años, sigue sin ser del todo amigable con las personas con cierta limitación de movilidad, visión o similares. Las personas no videntes o que se trasladan en sillas de ruedas tienen grandes dificultades para caminar la Ciudad. Este es un pequeño paso que debe ampliarse mucho más.
