La polémica entre Ciudad y Nación comenzó luego de que la Presidente decidiera trasladar a Mar del Plata el monumento a Colón ubicado detrás de la Casa Rosada y colocar en su lugar una escultura de Juana Azurduy (Una de las heroínas de la historia nacional que merece también su homenaje constante, pero no de este modo)
Allí comenzó el conflicto.
Ayer, lunes 3 de Junio, funcionarios del Ministerio de Ambiente y Espacio Público del Gobierno porteño quisieron impedir que se retire el monumento y hubo atropellos y maltratos. Entonces intervino la Justicia - tras una presentación judicial hecha por la ONG "Basta de Demoler", y se frenó el traslado.
En la Sesión Ordinaria del jueves 30 de mayo la Legislatura aprobó en primera lectura el proyecto de ley que declara al monumento Bien Integrante del Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Un poco tarde para acordarse de esta declaración.
El conflicto se desencadenó cuando, por la mañana, los funcionarios del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad quisieron impedir que se retire el monumento a Cristóbal Colón levantado en la plaza homónima situada frente a la sede del Poder Ejecutivo Nacional.
El monumento se encuentra allí desde el año 1921, como un regalo de la Colectividad italiana en el país en función de los festejos por el centenario de la Revolución de Mayo (La piedra fundamental o basal fue colocada en Mayo de 1910)
Lo que acontece actualmente con la estatua del navegante genovés es un atropello a parte del paisaje porteño, sin considerar cuestiones políticas favorables o negativas hacia el kirchnerismo ni el macrismo, y esto va más allá del debate histórico que se pueda -o y tal vez debería - generar por la figura del conquistador Cristóbal Colón, quien, humildemente para el editor de este portal, merece un análisis profundo, dada que su "descubrimiento" de un nuevo continente para el punto de vista europeo, implicó la literal destrucción y avasallamiento de los pueblos que ya primitivamente ocupaban estas tierras.
De todos modos eso queda para otro estudio en otro momento.
Representantes de la Comunidad Italiana también se hicieron presentes |
La presidenta de la Comisión de Cultura de la Legislatura, Lia Rueda, admitió haber sido maltratada por personal de seguridad y golpeada por uno de los portones al querer acercarse al lugar donde está emplazado el monumento. En tanto, el Defensor Adjunto del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Atilio Alimena destacó que "el Estado Nacional está realizando un avasallamiento de los principios constitucionales".
Pese al compromiso del bloque Frente para la Victoria, que lidera el legislador Juan Cabandié, de no sacar el monumento de la plaza lindante con la Casa Rosada - según afirmó el Vicepresidente Primero de la Legislatura -, a terrenos que son de la Ciudad, ayer llegaron grúas para sacarlo y poner en su lugar una estatua de Juana Azurduy de un millón de dólares, donada por el Estado Plurinacional de Bolivia.
Ahora quedó claro que, para retirar o emplazar un monumento en el espacio público de la Ciudad, es necesaria una ley aprobatoria de la Legislatura, hecho que no ha sucedido, por lo que las autoridades porteñas entienden que la Presidencia de la Nación no respeta la autonomía y atribuciones propias de la Ciudad de Buenos Aires.
El monumento fue obra del escultor italiano Arnaldo Zocchi, tiene 26 metros de altura y está esculpida en mármol de Carrara; es rica en simbolismos pues tiene en su base la figura de Medea de Sófocles que representa la Ciencia, el Genio, el Océano y la Civilización. Una figura femenina representa la imagen de la justicia y otras escenas representan episodios de la vida de Colón.