A pocos días de cerrarse para su renovación, la linea A de subterráneos, entre amparos de la oposición porteña y quejas de los trabajadores de locales dispersos en su recorrido - Totalmente justificados - comienza a disfrutar de las nuevas formaciones que reemplazaran a los antiguos vagones belgas de la empresa "La Brugeoise".
El Jefe de Gobierno Porteño, Mauricio Macri, junto a su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta y Juan Pablo Piccardo (El titular de la empresa Subterráneos de Buenos Aires - SBASE) recorrieron algunos de los vagones, los cuales están estacionados en los talleres de Floresta hasta su puesta en funcionamiento, en el mes de marzo, según lo estipulado por el mismo Gobierno local.
Estos vagones, fabricados por la empresa china CNR, tienen capacidad para transportar 36 personas sentadas y 133 paradas - muy similar a la cantidad de los viejos vagones - y tienen tecnología aplicada a la seguridad y comodidad de los pasajeros:
- Cámaras de seguridad
- Dispositivos visuales y auditivos para la indicación de estaciones
- Un mecanismo tecnológico de absorción de energía que impide que un coche se superponga a otro, en caso de impacto.
- Sistemas de alarma e intercomunicadores de emergencia
- Equipos de aire acondicionado ( se necesita reacondicionar los túneles para que funciones, trabajo que ya se está poniendo en marcha)
Los viejos vagones de la Línea A - que nunca sufrieron accidentes graves en casi 100 años de funcionamiento - se despiden del público para, como corresponde, ser parte de museos y muestras históricas (Y no desmantelamiento abusivo)
Este proceso de renovación parece ser el definitivo punto inicial para comenzar a transformar el descuidado sistema de subterráneos de la Ciudad. De todos modos, los porteños y visitantes de la Ciudad tendrán que aprender, por un lado, a tener paciencia en el tiempo, y a cuidar su propio patrimonio. Desde las autoridades se tendrán que esperar las correspondientes enseñanzas y ejemplos, para "educar" y "concientizar" acerca de ello, y las sanciones para quienes no entiendan que, en definitiva, este viejo transporte metropolitano, es de todos. Y entre todos tenemos que cuidarlo.
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