La salud es un tema delicado y complejo en la Ciudad de Buenos Aires, particularmente en el sector público. La falta de inversión a través de los años se siente muy fuerte a nivel infraestructura e insumos en los hospitales. Y cuando eso sucede, aún en un contexto de voluntad política para revertirlo, no hay tiempo para excusas. Esta realidad incluye los índices de mortalidad infantil y las políticas estatales en general para poder proveer al ciudadano de estructura y equipamiento para responder a las necesidades en lo que respecta a la salud física y mental.
El ministro de salud porteño, Jorge Lemus, sintió el rigor de las quejas, críticas y denuncias de la oposición y trabajores del sector, cuando se presentó ayer en la Legislatura para dar un informe de gestión.
El titular de la cartera apuntó principalmente a los números sobre mortalidad infantil en el distrito. “El año pasado se registró un 8,5 por 1000 casos”, indicó.
“De 2008 a 2011”, continuó Lemus, se registró el período de tasa de mortalidad infantil –un 7,7 por mil- más baja de la historia de la Ciudad”. El año con mayor éxito, según palabras del ministro fue 2010.
En tanto, Néstor Pérez Baliño, subsecretario de Planificación Sanitaria, intervino por la situación con el gas en el Hospital Borda, y manifestó que como consecuencia del traslado de su despacho al lugar, y del total de habitaciones que hay en el centro de salud, “el 50 por ciento están condicionadas”. “Funciona el gas y el agua caliente en el Hospital”, añadió.
Una de las voces opositoras que opinó respecto al encuentro que se llevó a cabo en la comisión de salud, fue la diputada Laura García Tuñón.
"A políticas
precarizadas, salud precarizada". Así lo expresó la
legisladora por Buenos Aires
para Todos y miembro de la Comisión de Salud.
"Hay políticas
precarizadas en salud, ya que los trabajadores están precarizados al cobrar $
3500 los enfermeros y tener que hacer dobles y triples turnos semanales; existe
falta de personal en neonatología, enfermería, sin hablar del resto de los
profesionales que están en los hospitales y que cada día tienen que atender a
una mayor cantidad de personas con menos personal. Estas son políticas
precarizadas. Si a esto le sumamos los problemas de infraestructura
hospitalaria, no podemos tener otra cosa que una salud precarizada"
El Ministro eludió
responder tanto sobre la precarización laboral como sobre las deficiencias en
los servicios de salud que se plantearon concretamente. Al respecto Laura García Tuñón expresó: "Faltan insumos; no
hay bolsas de colostomia en ninguno de los hospitales; en el Hospital Ramos
Mejía faltan sábanas para cambiarles a los internados; en el Rivadavia sólo
funciona un quirófano; en el Penna falta personal de neonatología. Los turnos
de operación son cada vez más largos", y agregó: "Este modelo
de abandono y desprecio de lo público del PRO se repite en otras áreas como la
educación: trabajadores precarizados y falta de inversión en infraestructura en
las escuelas públicas. Es una política que el macrismo lleva adelante
sistemáticamente".