Este vehículo se define como una biblioteca rodante y activa, la cual no espera que los
lectores lleguen a ella. Al contrario, SALE A BUSCARLOS. Y entonces encuentra, a su paso, lectores
activos y expectantes pero también, lectores desprevenidos o un poco alejados
del mundo de los libros, tal cual marca el espíritu del proyecto. El fin es la motivación para que los libros copen las calles porteñas.
"La idea es que estos vehículos estén en plazas y parques para que los
vecinos disfruten de la lectura en un espacio verde", señaló Quattromano.
Y agregó, en cuanto a la metodología, que la intención sería que "los libros se presten ya que cada Librobús estará
un tiempo extendido en cada comuna y de esta manera los lectores podrán
culminar sus textos".
En países como México, España y Colombia esta experiencia está dando grandes
resultados, incrementado la lectura en niños, jóvenes y adultos.
Interesante iniciativa que, desde Caminando Buenos Aires, esperamos con expectativa y mucho entusiasmo.