El director y productor de cine Héctor Olivera
recibió la distinción de "Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos
Aires", en el ámbito de la
Cultura , durante el acto que organizó el diputado Julio
Raffo (Proyecto Sur) en el Salón Dorado de la Legislatura porteña.
En sus palabras de agradecimiento, Olivera
habló de su cariño y fascinación por Buenos Aires y reseñó recuerdos,
encuentros y anécdotas que fueron dando forma a esa relación tan especial,
dijo, con cada lugar, cada calle, cada esquina de la ciudad.
Raffo, quien impulsó este reconocimiento que la Legislatura porteña
votó por unanimidad (Ley N° 3815), dio unas breves palabras para destacar
que más que un homenaje a este cineasta que lleva una trayectoria de 65 años en
la industria del cine, Olivera con su presencia estaba homenajeando a la misma
Legislatura.
Participaron en el homenaje el periodista e
historiador Osvaldo Bayer, y los directores de cine Manuel Antín y
Adolfo Aristarain. Dio la bienvenida a la casa el vicepresidente primero de la Legislatura , Cristian
Ritondo.
Al referirse a la extensa y valiosa obra de
Olivera, Antín lo describió como uno de los creadores argentinos más libres,
más independientes y más reconocidos internacionalmente. Aristarain, por su
parte, prefirió referirse al aspecto humano de Olivera, recordando el respeto y
afecto con que fue tratado por éste desde el primer momento en que trabajaron
juntos.
Bayer hizo en 1973 con Olivera La Patagonia rebelde,
película que nadie –dijo- se atrevía a hacer; y recordó que Olivera aceptó sus
condiciones para participar de la realización de esta obra para asegurarse de
que se preservara la fidelidad histórica, como ocurrió. Así, dijo, Olivera
logró producir “un documental con actores”, donde todo se ajusta a los hechos
tal cual ocurrieron.
Dos anécdotas
Entre los recuerdos que desgranó Olivera de su
vida en Buenos Aires, dos anécdotas sorprendieron a los asistentes al acto en
el Salón Dorado:
1946. Golpean la puerta de su casa. El joven
Olivera, recién llegado al hogar y aún con su uniforme de alumno del
Liceo Militar, abre la puerta. “¿La señora de Alzaga?”. Olivera hace la venia.
“No mi general, es el segundo piso”. “Gracias, m´hijo, dice el general Juan
Domingo Perón, recién electo presidente, quien comienza a subir las
escaleras acompañado de Eva Perón.
1958. Golpean la puerta de otra casa en la que
vivía entonces. Olivera abre la puerta. “¿El doctor Wehbe”? “No doctor, el
segundo piso”. “Gracias” dice Arturo Frondizi, recién electo presidente de la República.
Olivera admite que nunca más un presidente
tocó a su puerta.
Trayectoria
Olivera cuenta con una extensa trayectoria de
65 años en la industria del cine. Como presidente de Aries Cinematográfica
Argentina SA, empresa que fundó con Fernando Ayala en 1956, ha producido 113
películas de largometraje y más de 200 episodios para la televisión, entre
ellos Nueve lunas, el programa de ficción más premiado de la televisión
argentina.
Como director ha dirigido o codirigido 23
largometrajes, entre ellos La
Patagonia rebelde y No habrá más penas ni olvido, ambos
premiados con el Oso de Plata en los Festivales de Berlín de 1974 y 1984.
Junto con Ayala también han sido empresarios
teatrales y realizaron, entre otras, la obra Lisandro de gran éxito en 1972.
Olivera pertenece a un espectro de productores
y directores comprometidos con nuestro país a través del relato de movilizantes
acontecimientos históricos con contenido social, político y cultural, que nos
han hecho reflexionar a lo largo de estos años sobre lo que nos pasa como
sociedad y como individuos.
Biofilmografía
Héctor Olivera nació el 5 de abril de 1931 en
Olivos, provincia de Buenos Aires pero desde hace más de dos décadas reside en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires donde ha desarrollado toda su carrera artística y empresaria.
También obtuvo premios en muchas muestras por
sus películas La nona (1978), Los viernes de la eternidad (1980), La noche de
los lápices (1986), Una sombra ya pronto serás (1994), Ay Juancito (2004) y El
mural (2010).
Fue el realizador de dos cuentos de Jorge Luis
Borges: El muerto (1975) y El Evangelio según Marco (1992), este último como
telefilm para Televisión Española SA.
Ha sido miembro del Gran Jurado de los
festivales de Cannes, Berlín, San Sebastián, El Cairo, Mar del Plata, La Habana , Chicago y Málaga y
vicepresidente del 12º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata
(1996).
Por su meritoria carrera profesional recibió los siguientes
premios: Vittorio de Sica (Festival de Sorrento, 1986); Leopoldo Torre
Nilsson (Cinemateca Argentina, 1998); Cámara Pathé (Museo del Cine de
Buenos Aires, 2001); Konex Espectáculos (2001); Reforma
Universitaria (Universidad Nacional de La Plata , en 2002). En Brasilia
recibió el Premio Binacional de las Artes y la Cultura Brasil-Argentina
2004; la Cinemateca
de Bogotá lo incluyó en el Círculo Precolombino (2006) y, recientemente,
Argentores le otorgó el Gran Premio de Honor 2012.