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Oriundo
del país caribeño, Jeff Roblin vive hace seis años en Buenos Aires. Apenas llegó se instaló
en Villa del Parque, aunque ahora vive en Monte Castro. Trabaja como panadero y como atleta entrena en el Parque Chacabuco. Terminó la secundaria
aquí y proyecta estudiar educación física.
Sus
agitados días comienzan antes de las cuatro de la mañana, hora en que se
levanta para ir a trabajar como panadero en el centro porteño. Lo hace de 5 a
14 y después de un pequeño descanso en su vivienda en Monte Castro –en el pasaje
Miguel Couto-, se va en bicicleta al Parque Chacabuco, donde practica atletismo
–carreras de velocidad- de lunes a viernes entre 18 y 21 horas.
“El deporte es
mi pasión, es algo natural en mí y trato de acomodarme con el trabajo y el
entrenamiento. Antes jugaba al fútbol y empecé hace un año casi con el
atletismo, me está gustando mucho”, contó.
Jeff tiene 25 años, nació en Haití y vino a la
Argentina hace seis años para instalarse. En esta entrevista nos cuenta su singular historia.
¿Cómo se dio todo
para que vengas a la Argentina?
JR: Acá
tengo una familia adoptiva, en principio vino mi hermano mayor. El habló por
internet con una señora que quería adoptar un hijo de allá y así se conocieron.
Vino él y más adelante me trajeron también a mí, también como hijo adoptivo.
Ella vive en Villa del Parque, yo viví un tiempo con ella y después me
independicé pero mi hermano mayor sigue ahí. Yo igualmente la visito seguido y
estoy muy agradecido.
¿Te seguís
comunicando con tus familiares en tu país?
JR: Sí,
hablo diariamente, pero aún no pude volver a visitar mi país después
de haber venido. A veces igual estoy muy activo y no me queda tanto tiempo para
charlar. Conocí otros haitianos que viven en la ciudad, muchos vinieron a
estudiar.
¿Vos también
avanzaste con tus estudios estando acá?
JR: Sí.
Terminé acá la primaria y la secundaria y mi idea es el año que viene empezar
el profesorado de educación física. Terminé la secundaria en el CENS 79 de la
calle Puán al 400, en Caballito. La primaria la terminé en la Escuela 18 en
Monte Castro, en 2013. Llegué en octubre de 2012 y en febrero de 2013 ya estaba
en la primaria. Yo en Haití estaba en cuarto año de la secundaria, allá son 8
años. Acá tenía que legalizar los papeles y directamente me convenía terminar
acá la primaria desde séptimo grado, ya que me daban esa opción que me
implicaba menos trámites y gastos. El año que viene quiero hacer el profesorado
de educación física en el Dickens de Parque
Chacabuco, muy cerca de donde entreno atletismo actualmente. Lo que me cambió
al llegar a la Argentina fue el ritmo diario, acá es todo más rápido. Cuando
vine no hablaba español. Allá en Haití vivía con mi mamá y acá tuve que asumir
mi vida y madurar. No solo vivir la juventud sino ser responsable. Pude
adaptarme al idioma por suerte aunque al principio me costó bastante, ya que en
mi país se habla francés o creole (criollo haitiano). Conocí de todo, gente
buena, gente mala. Pero pude terminar la primaria y la secundaria y estoy
trabajando y aparte haciendo lo que me gusta que es el deporte.
¿Cómo te
decidiste a hacer atletismo después de haber jugado al fútbol?
JR: Tuve
varias experiencias en el fútbol pero en un momento quise cambiar de aire. En
equipos de fútbol me destacaba por la velocidad, corría por los extremos y
algunos me decían que podía ser bueno en el atletismo en carreras de velocidad.
Tengo un primo que vino hace poco al país y conoció a Fernando, que es
entrenador en el Parque Chacabuco. Le hablo de mí y me llevaron a probar en ese
deporte y me gustó. La primera vez que fui fue en diciembre del año pasado, en
una pista por La Matanza. Hicimos unas pruebas y le gustó como corría, a mí
también me entusiasmó.
¿Cuáles son tus
especialidades en las carreras y en qué competencias participaste?
JR: Como
tengo buena resistencia el entrenador me dijo que me adaptaría bien a “Medio
Fondo”, que son 800 o 1.500 metros. Mi primer torneo fue en abril y corrí 400
metros, haciendo una marca de 59 segundos.
El fin de semana siguiente corrí 800 en 2 minutos y 11 segundos
y el otro fin de semana logré mi mejor marca en 400 metros, con algo más
de 55 segundos. En mayo corrí 800 metros en 2 minutos y 8 segundos, bajando mi
marca. En septiembre viajé a competir a San Carlos (Uruguay) donde corrí 800
metros y terminé tercero, bajando nuevamente mi marca a 2 minutos y 7 segundos
en esa modalidad.
Compitieron argentinos, brasileños, uruguayos y paraguayos y
yo representé a la Argentina. Volviendo de Uruguay bajé otra vez mi marca en
800 metros con 2 minutos y 6 segundos. En septiembre pude participar en una
carrera en Buenos Aires que fue una gran experiencia, corrí con los mejores de
acá y logré igualar mis mejores marcas en 400 y 800 metros. Acá en general
compito en el CENARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo), creo que
próximamente correremos en la nueva pista que se hizo para los Juegos Olímpicos
de la Juventud.
En cuanto a mis logros cuando hice mi mejor marca en 400 metros
en el CENARD terminé primero, en 800 metros terminé segundo con mi mejor marca
y en Uruguay quedé tercero. Estoy aprendiendo de los mejores atletas argentinos
como Guillermo Ruggeri. En el atletismo hay un ambiente muy sano y familiar.
¿Cómo ves la
situación actual del atletismo en la Argentina? ¿Y en tu país?
JR: Acá
en Argentina veo buena capacidad en los atletas, y si bien hay tradición las
oportunidades para dedicarse al deporte son pocas, aunque en mi país eso es
mucho peor. En Haití también tenemos mucho potencial pero el estado no invierte
nada, no hay pistas, solo unas pocas en la calles marcadas más precariamente,
donde se hacen torneos. En otros países de la zona como Jamaica o Bahamas, está
todo más explotado y tienen grandes logros. En Argentina está creciendo
últimamente, hay gente corriendo en los parques, muchos corren maratones. El
atletismo lleva muchos años de sacrificio, los grandes atletas como Usain Bolt
trabajaron mucho. Creo que si uno tiene talento pero no lo trabaja no sirve, el
deporte es un trabajo diario en el que uno busca mejorar día a día. Como uno
evoluciona en el deporte con sacrificio, eso también vale para la vida.
¿Te cuidas con
las comidas?
JR: Trato
de no comer de más y cuidarme bastante. Como comida sana, mi trabajo es algo
cansador y busco dormir bien para evitar lesiones.
¿Qué
cosas te gustaron más y menos de la Argentina y qué extrañás de Haití?
JR: Es
una pregunta que me requiere mucho tiempo para responder. Extraño mi familia,
el mar, las comidas. Me gusta de acá que la gente es muy abierta y a veces
compartís un día increíble con gente que no conocías. Lo que no me gusta es que
algunos argentinos a veces no tienen tanta paciencia y ven las cosas de forma
muy negativa. Creo que en la vida siempre va a haber cosas malas pero uno no
debe focalizarse en eso sino ver los aspectos positivos.