Palabras de la diputada Virginia González Gass (PSA - Partido Socialista Auténtico)
En la Ciudad de Buenos Aires parece que algunos
políticos están locos de remate, pero no es así. Con las próximas elecciones del 27 octubre se viene un nuevo paquete de leyes en el cual se
incluye la venta de 41
inmuebles pertenecientes a los porteños, con el
claro objetivo de para abultar la caja de la Ciudad en 200 millones de
pesos. Como es probable que muchos legisladores propios -y
aliados circunstanciales- no renueven sus bancas, Macri intentará sacar
provecho de su primera minoría antes de diciembre.
En lugar de destinar esos inmuebles
para atenuar la emergencia habitacional que afecta al menos a 500 mil personas,
el oficialismo puso hasta los abuelos en venta. Por ejemplo, un
predio para ancianos de 18 hectáreas -en Ituizangó- figura en la nómina
de remates.
Los datos oficiales indican a la fecha que fue ejecutado sólo el 31.12% del presupuesto destinado al
Instituto de la Vivienda (renombrado así en 2003 por la ley 1251).
La baja asignación de recursos condice la
tendencia de esta gestión, que el año
pasado sólo utilizó el 78% del presupuesto destinado al sector en cuestión,
dejando unsobrante de aproximadamente 176 millones de pesos, un monto cercano a los que se
prevé obtener con el paquetazo.
De esta forma el
ejecutivo porteño está lejos de cumplir con la ley 1251, que en
suartículo 4to inciso
“a” plantea que “Son
principios de la presente Ley: Contribuir
al acceso a la vivienda digna de todos los habitantes de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, imposibilitados por razones económicas y sociales de acceder a la
misma por cualquiera de los medios regidos por el sector privado y que
requieran de la participación del sector público para lograrlo, priorizando lo
enmarcado en el inciso 1 del Art. 31 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires“.
Las contradicciones en el macrismo son
evidentes. Mientras que los datos oficiales arrojaron alrededor de 900 personas en
situación de calle en 2011, y una reducción del
30% en el número de familias que viven en la vía pública, en el 2012
el PRO apoyó un Proyecto de Declaración que reconocía como entidad de interés
social a la ONG
“Médicos del Mundo”, el cual mencionaba en sus fundamentos, un duro informe
realizado por esta institución sobre el período 2011-2012, en el cual
denunciaba que en la Ciudad de
Buenos Aires había 16.353 personas en situación de calle. Un 1817%
más que los números del GCBA.
Virginia González Gass |
Según los datos recabados por la Asociación civil por la Igualdad y
la Justicia (ACIJ) la
emergencia habitacional adopta diversas formas: comunidades en 26
asentamientos precarios, 16 villas de emergencia, 19 conjuntos habitacionales,
2 núcleos habitacionales transitorios, 172 inmuebles intrusados, 879 predios e
inmuebles en la traza de la exAutopista 3; 3288 familias receptoras de
subsidios alojadas en hoteles, 21 conventillos que son propiedad del Instituto
de Vivienda de la Ciudad ,
4 hogares de tránsito y 21 viviendas transitorias.
Las leyes de urbanización sancionadas hace
años en la
Legislatura Porteña son incumplidas en consecuencia con las
políticas excluyentes del PRO. Las
estadísticas son contundentes. Según el Censo
de 2010, la población en
villas aumentó un 50% (a 163.587 habitantes) en diez años, y las
condiciones de precariedad habitacional empeoran.
A pesar de la grave emergencia habitacional
que existe en la Ciudad , el oficialismo porteño considera
apropiado que el destino del dinero obtenido de las ventas de los inmuebles sea
para áreas de Salud y Educación, un discurso noble en vísperas de
elecciones. Sin embargo, nada garantiza que la ejecución presupuestaria se
distribuya en esas áreas esenciales, ya que en
su propuesta no hay mecanismos de garantía como la creación de
fondos fiduciarios.
Mientras nuevos proyectos faraónicos como la
reconstrucción el Autódromo de Buenos Aires para traer nuevamente la Fórmula 1 a la Ciudad avanzan en el
imaginario PRO, las “soluciones” ofrecidas a los más pobres esquivan
problemáticas de fondo relacionadas con la salud, la vivienda y la educación.
De esta forma, la deuda social profundizada por el macrismo es a su
vez el argumento paradójico con el que hace campaña. Detrás está la
sub-ejecución presupuestaria y el dinero para casas que nunca llega.