Se
cierra el 22 de Enero del 2013. 11 meses atrás, una catastrófica - pero
evitable - tragedia le imponía un abrupto final a 51 vidas, y cambiaba para
siempre muchas otras.
La
desidia, el abandono y el desinterés que solo la corrupción puede manifestar
tan literalmente, logró, una vez mas en la historia Argentina, que compatriotas
y vecinos tuvieran que sufrir y quedar en el camino de la vida para que abramos
los ojos y entendamos los desastres que como sociedad generamos. ¿Y por qué la
sociedad?
Porque
somos nosotros quien elegimos a nuestras autoridades, quienes celebramos sus
logros y quienes DEBERIAMOS ocuparnos de sancionar y señalar a aquellos que no
hacen más que llenarse los bolsillos y reirse de la gente a sus espaldas.
NO
OLVIDEMOS a los 51 fallecidos en la estación de Once del tren Sarmiento.
NO
OLVIDEMOS a aquellas víctimas de la inseguridad, la corrupción y el desinterés.
NO
OLVIDEMOS los acuerdos, las fotos y las negociaciones que luego son
oportunamente "olvidadas" por aquellos protagonistas a los cuales,
por alguna razón, ya no les conviene ya no les conviene recordar la falsa sonrisa y el
discurso pasional sin argumentos.
Aprendamos
de nuestros errores, entendamos y asumamos nuestras culpas, y hagamos lo que
tenemos que hacer: Usar el poder de ciudadanos. Nosotros, como sociedad, somos
quienes les damos el poder, y quienes podemos quitárselo con la palabra y la
decisión.
No
caigamos ante la desesperación, y rechacemos cualquier tipo de violencia:
Verbal, física, institucional, académica y estatal.
Las
víctimas de Once, sin distinguir sus ideas, sueños u orígenes, eran nuestros
compañeros, nuestros colegas, nuestros jefes y empleados. Y muchos otros marcan
con sangre la lista de abandonados por la maldita y asquerosa CORRUPCIÓN.
NO
OLVIDEMOS el legado que ellos, involuntariamente, nos dejaron. Su camino es el
nuestro, desde antes, y desde ahora, mucho más.
Solo
eso: NO OLVIDEMOS.