30 de diciembre de 2014

Historias subterráneas: Cada andén, un homenaje – PARTE 5

Diego Adrián Fernandez - 30 de diciembre de 2014

La aventura subterránea por la Ciudad de Buenos Aires nos deposita una vez más debajo de la Avenida de Mayo, el punto de encuentro de tres colores que adornan las paredes de los túneles y que nos cuentan su historia.


Desde ese punto, ya nos sumergimos en las profundidades con tinte celeste y verde.

El quinto viaje de esta aventura se torna violeta. Bajamos las escaleras, y comenzamos a recorrer la línea E.


Un poco de historia

La línea E conecta al centro porteño con la zona sur de la Ciudad, aunque no llega al extremo (como ninguna otra línea) que limite con la Provincia. Su inauguración fue el 20 de Junio de 1944, en plena “fiebre subterránea”, cuando Buenos Aires vio nacer en pocos años casi todos sus actuales recorridos.


Más allá que una de las cabeceras está en pleno centro político de la Ciudad, no fue desde allí donde se comenzó a construir este quinto recorrido. El primer tramo que se inauguró, corto por cierto, unía Constitución con la actual estación Urquiza (Urquiza y Avenida San Juan)

Mapa de las líneas de subte en la década de 1950 (Los colores están invertidos)


Recién 22 años después, en 1966, la línea se extendió hacia ambos lados: Desde Plaza de Mayo hasta Avenida La Plata. Como dato curioso, podemos encontrar que, al igual que la línea A, la E tiene una “estación fantasma”. Con la ampliación hacia Plaza de Mayo, se tuvo que modificar levemente el recorrido. Entonces, la estación “San José” (En Constitución) tuvo que rehacerse, quedando una “vieja San José”, abandonada. Hoy en día se usa como taller, y sus viejos murales permanecen escondidos y olvidados, lejos de la vista del público. Una lástima.

Hubo tres ampliaciones más. En 1973, llegó hasta Moreno, luego en 1985 hasta Varela y, finalmente, la última tuvo lugar en 1986, cuando alcanzó su actual cabecera sur, Plaza de los Virreyes.

De este modo, se alcanzó una extensión de 9,6 kilómetros divididos en 15 estaciones. La traza aumentará su longitud con la inauguración de tres nuevas estaciones, que llegarán hasta Retiro. Las obras están a cargo del Gobierno Nacional, no de la Ciudad. Asimismo, con el proyecto que la Legislatura porteña aprobó para la construcción de una terminal de micros nueva en la zona sur de la Ciudad, la línea E llegaría hasta la Avenida Lacarra, en Villa Soldati, aunque eso todavía no esta confirmado.


La quinta línea de subtes atraviesa los barrios de Montserrat, Constitución, San Cristóbal, Boedo, Parque Chacabuco y Flores.

El tributo violeta

Bolívar

La primera estación que parte desde el centro, ubicada debajo del cruce entre Bolívar e Hipólito Yrigoyen, conecta con la A y la D. Como se menciono anteriormente, la construcción de la quinta línea de subtes no empezó aquí, sino que llegaba hasta Constitución.

Su nombre recuerda a Simon Bolivar (1783 – 1830), fundador de la Gran Colombia, república que existió entre 1821 y 1831 y que nucleó a los actuales territorios de Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela. Es considerado, junto a su gran colega Argentino Don José de San Martin, el gran liberador y formador del continente sudamericano, no solo por su influencia militar, sino por sus ideas y posturas políticas y sociales.

Belgrano



Debajo de la intersección de la Avenida Julio Roca (Conocida popularmente como Diagonal Sur) y la avenida homónima, la cual recuerda, sencillamente, a una de las más importantes figuras de la independencia, un intelectual devenido en militar, pensador de una república, que nunca logro ver, dada su temprana muerte, en 1820. Es recordado, mas que nada, por ser el creador de la bandera nacional, aunque su influencia excedió a ese hito de la historia.

(Para saber más de la vida y obra de Belgrano, pueden ingresar a "La historia en nuestras manos, Parte III")

Independencia

Repite tanto el nombre de la avenida que cruza con la calle Lima (Una de las laterales de la Avenida 9 de Julio), como el de la estación de la línea C, que une a Retiro y Constitución.

San José


Esta estación dentro de la traza de la línea E tiene una particularidad: Sus dos andenes no se enfrentan. Esto sucede porque entre ambas se esconde la “estación fantasma”.

Es el viejo andén de la estación que fue construida cuando la línea unía a Constitución y Boedo, tras su inauguración, en 1944. Tras la modificación de la traza, que se desvió para llegar a Plaza de Mayo, parte de esta estación quedó sin uso para el público, siendo hoy en día un taller y depósito (Lo mismo sucede con la estación Constitución).

Aparentemente, hay bellos murales con paisajes argentinos, que tristemente son invisibles para los ojos del público. Su nombre proviene de la calle homónima, en su cruce con la Avenida San Juan.

Entre Ríos/Rodolfo Walsh



La estación se encuentra debajo del cruce de las avenidas San Juan y Entre Ríos, repitiendo el nombre de la provincia de la Mesopotamia, a la cual se le sumó, en el 2013 y tras la aprobación de la Legislatura Porteña, el nombre de Rodolfo Walsh.

Walsh fue un periodista Argentino, oriundo de Río Negro (1927), reconocido por sus novelas “Operación Masacre” y “¿Quién mató a Rosendo?”, testimonios novelescos de la violencia del estado en distintos momentos de turbulencia política/social en el país.

Cuando militaba en Montoneros, en el año 1977, fue secuestrado y desaparecido por la dictadura militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983.

Pichincha

Como sucede con la gran mayoría de las estaciones de todas las líneas subterráneas, el nombre de la estación recibe la misma denominación que la calle que cruza la principal vía por donde se extiende la línea.
En este caso, Pichincha recuerda a una de las batallas por la independencia que las fuerzas regionales comandadas por Antonio José Sucre (1795 – 1830) contra los realistas (Españoles). El triunfo del ejército independentista condujo inexorablemente a la liberación de Quito y sus provincias, la futura República del Ecuador.

Jujuy

La avenida que cruza a San Juan en la superficie le dio el nombre a esta estación: El recuerdo eterno a la provincia norteña. Este punto hace combinación con la estación Humberto I de la nueva línea H.

General Urquiza

Esta estación, ubicada debajo de la intersección de la calle homónima con la Avenida San Juan recuerda a una de las figuras político/militares más importantes de la historia nacional. Justo José de Urquiza fue un entrerriano (1801) que se erigió como un estandarte del federalismo del interior, que se levantó contra el sistema unitario y centralizado de Buenos Aires, a mediados del siglo XIX.


Urquiza fue gobernador de su provincia en 4 periodos diferentes, en medio de una situación social y política muy convulsionada (1842 a 1870). Tras las guerras independentistas, el país naciente vio como se quebraba constantemente la paz con los enfrentamientos que, mayormente, separó a la provincia de Buenos Aires, reacia a compartir sus recursos económicos, del resto del territorio.

Esto se acentuó durante las presidencias de Juan Manuel de Rosas, con quien Urquiza tuvo acercamientos temporales, y de quien definitivamente se distanció, en el marco de la guerra con el Imperio del Brasil. Justamente, con tal de enfrentar a Rosas, Urquiza apoyó al país vecino y a las fuerzas orientales.

El 3 de Febrero de 1852 chocaron en Caseros las fuerzas de ambos mandatarios, que acumulaban aproximadamente 25 mil almas cada una. Esta batalla es recordada por marcar el fin del rosismo. El triunfo del ejército del interior mandó al exilio al gobernador de Buenos Aires, quien fallecería en Inglaterra. Posteriormente, Buenos Aires se levantó contra la autoridad del caudillo entrerriano, lo que generó que se constituyera la Confederación Argentina, pero con Paraná como capital provisoria. En ese marco, se sancionó el 1º de Mayo de 1853 la Constitución Nacional.

Esta situación enfrentó otras veces más a Urquiza con Buenos Aires, como sucedió en la Batalla de Cepeda (1859), y alimentó la aparición de figuras diversas que rechazaran el poder adquirido por el entrerriano, como por ejemplo Bartolomé Mitre y Domingo Sarmiento.

Incluso, tras una especie de “perdón” que Urquiza le regaló a Buenos Aires a partir del llamado Pacto de San José de Flores, se ganó el disgusto de quienes habían peleado a su lado, como Ricardo López Jordán, uno de los jefes de sus fuerzas. Ello se acentuó con la derrota en la batalla de Pavón (1861), otro de los encontronazos militarizados del interior contra Buenos Aires, y con la intención de Urquiza de sumarse a Mitre (su rival porteño) en la batalla contra el Paraguay.

Justamente López Jordan es señalado por la historia como el posible autor intelectual del brutal ataque que Justo José de Urquiza recibió en su hogar, el famoso Palacio de San José, el 11 de Abril de 1870, lo que acabó con su vida.
Palacio San José
El Subte lo recuerda con su estación en el barrio de San Cristóbal, una de las razones para que, justo en el barrio que también lleva su nombre (Villa Urquiza) se bautiza a una estación de la línea B como Juan Manuel de Rosas, uno de sus principales rivales políticos.

Boedo

La estación, inaugurada recién en 1966, toma el nombre del barrio y la avenida, que recuerdan a Mariano Boedo (1782 – 1819), un revolucionario de 1810 que formó parte del Congreso de Tucumán que sancionó la independencia, como diputado en representación de la provincia de Salta.

Avenida La Plata

Estación de andén central y que, tal y como sucede con la avenida que ejerce como límite entre Caballito y Balvanera/Boedo y que llega hasta Nueva Pompeya, recuerda a la Capital de la Provincia de Buenos Aires, la Ciudad de La Plata.

José María Moreno

Pasaron 7 años para que se inaugurara otra estación en la Línea E. En 1973 se abrió al pasajero los andenes de José María Moreno, bajo la intersección de la avenida homónima y Directorio.
Viejo cartel luminoso

El personaje que es recordado en la estación fue un político y abogado argentino, sobrino del ilustre Mariano Moreno, cuya mayor participación en el poder la alcanzó como Vicegobernador de Buenos Aires (1878 a 1880) y apenas dos semanas como gobernador, tras la renuncia de Carlos Tejedor.

Emilio Mitre

Entre el año 1985 y 1986 se finalizó el recorrido actual de la línea E. La estación Emilio Mitre, debajo del Parque Chacabuco, fue la primera de las últimas cuatro incorporaciones a la traza violeta.


La estación recuerda a quien fuera hijo de Bartolomé Mitre, y no al hermano del ex presidente, quien se desempeñara como militar. El joven Emilio Mitre al que la calle y, por ende la estación, recuerda, nació en 1853 y falleció en 1909. Su aporte se repartió entre su profesión de ingeniero (Fue inspector de la creciente red de telégrafos), como periodista en el diario La Nación (Que justamente dirigía su padre) y como militar en las revueltas sociales de 1880 a 1893.

Medalla Milagrosa


La estación recibe el nombre por su cercanía a la Iglesia y Colegio Parroquial Medalla Milagrosa, ubicada en la Avenida Curapaligüe al 1185, frente al Parque Chacabuco. Esa imponente Iglesia se inauguró en 1937, aunque su piedra fundamental se había colocado 7 años antes, el 27 de noviembre de 1830.

En su momento se la pensó para ser el templo más grande de la ciudad, pero como ninguno puede superar en tamaño a la Catedral Metropolitana (Ubicada frente a la Plaza de Mayo), se la redujo a su estructura actual. Su status de Iglesia se elevó a Parroquia en 1942. La imagen de la Virgen en el altar mayor se trajo especialmente desde París, Francia.

Varela

Felipe Varela (1821 – 1870) fue un estanciero y militar Argentino, oriundo de Catamarca, que se mostró ferviente opositor, tanto al unitarismo porteño – alineado con los ideales federalistas del interior – como a la guerra contra el Paraguay, siendo el rechazo a este último acontecimiento el que le dio mas relevancia a su figura.

Moriría enfermo en el exilio, específicamente en Chile, desde donde serían repatriados sus restos y elevado post-mortem su grado de Coronel a General, en el 2012.

Plaza de los Virreyes

La última estación del trazado de la Línea E se ubica debajo de la Plaza Tupác Amaru, ex Plaza de Los Virreyes, en el barrio de Flores. Fue inaugurada en mayo de 1966. En este punto se puede combinar con el Premetro, que une al sistema subterráneo con el sur porteño, en Villa Riachuelo, y que repasaremos oportunamente.

El nombre de esta estación cambiará prontamente, dado que durante la última sesión legislativa del 2014, la cámara de diputados sancionó el reemplazo de su denominación actual por el de Eva Perón. De todos modos, audiencia pública mediante, este cambio recién podrá hacerse efectivo en algún momento del 2015. (Ver nota)


Esta pequeña plaza donde encontramos la boca del subte decora en formato rotonda la intersección de las avenidas Lafuente y Eva Perón, bajo la Autopista 25 de Mayo. Originalmente ese espacio, creado en 1978 – aunque había sido proyectado más de 20 años antes – se iba a llamar Plaza Armenia. Finalmente, el entonces intendente de Buenos Aires, Osvaldo Cacciatore le impuso el nombre Plaza de los Virreyes. En 2011, la Legislatura de la Ciudad aprobó el cambio de denominación, en recuerdo del líder y caudillo indígena (1738 – 1781) quien se levantó con el poderío español mucho antes de los conocidos levantamientos revolucionarios de 1810.




Con la terminación de la línea E (En 1986 se abrieron las últimas cuatro hacia el sur), la Ciudad de Buenos Aires ingresó a un largo periodo de quietud, en lo que refiere a obras en los subterráneos, y más allá de algunas mejoras circunstanciales, no hubo progresos mayúsculos ni extensiones, hasta que a finales de los ’90 se reactivó el proyecto de las nuevas líneas, que avanzó lentamente en la apertura de la, todavía incompleta, línea H, cuyos homenajes en sus estaciones contaremos en la próxima entrega.

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